Pues eso, que los videojuegos de ahora están muy bien, pero los de arcade de los 80 y 90 eran mucho mejores. Reconocemos que técnicamente estaban menos conseguidos, los colores eran planos, la mayoría eran en 2D y la musiquita era un poco rayante y repetitiva. Pero también hay que tener en cuenta la época en la que estábamos, que los primeros videojuegos salieron en los 70 y la industria estaba en pañales… ¿o acaso le quitamos mérito a los primeros Apple ahora que existe el ITeléfono? Por si acaso tienes dudas de que los videojuegos de arcade antiguos son mejores que los que tenemos ahora, aquí os damos unos cuántos argumentos que os convencerán.
1- Los juegos de arcade ochenteros eran también una actividad social
Está claro que jugar a las maquinitas de los 80 no era sólo jugar. Era mucho más que eso. Primero, los preparativos…había que conseguir ahorrar lo máximo posible para pulirnos la pasta en un par de horas. Luego, estaba lo de quedar con tus colegas en los recreativos y picarte a muerte para conseguir batir todos los récords. Parece una chorrada, pero te jugabas mucho: el respeto de los compañeros de clase -porque estaba allí medio colegio o instituto- y, en el mejor de los casos, que la chica guay se fijara en tí.
En los salones de los juegos de arcade se fraguaban las relaciones más intensas. Las buenas… y las malas. También se ajustaban cuentas. Porque el malote de clase podía liarla en los pasillos… pero si en los recreativos le ganabas… ¡eras el p*** amo!
2- Ganar hacía más ilusión porque te habías dejado la paga
Es lo que acabamos de decir. Ir a los recreativos implicaba, primero, ahorrar. Bueno, ahorrar tampoco, pero conseguir unas cuantas monedas de cinco duros, sí. Aunque fuera buscando debajo de los cojines de los sillones como vimos hace poco, por ejemplo, en el primer capítulo de la segunda temporada de Stranger Things.
Hoy en día, jugamos desde cualquier dispositivo: el móvil, el ordenador, ¡hasta la tele! Con descargarse la app de turno, ya está todo hecho. ¿Dónde queda la emoción de haberte dejado la paga como pasaba antes con los juegos de arcade? No llegar a Game Over era mucho más importante y emocionante porque si no, tenías que meter otra monedita para jugar. Había que ser muy bueno para aguantar la tarde entera en los recreativos porque si te quedabas sin monedas, ¡para casa!
3- Los juegos de arcade ochenteros tenían más secretos y trucos que descubrir
Ahora también los hay, sí, pero los truquitos de antes molaban más, eran más difíciles de descubrir y tenía más mérito ‘encasquetarlos’ en la historia porque ya de por sí, programar cualquier videojuego en aquella época era todo un mundo. Además, tenías que descubrirlos por tí mismo o que algún alma caritativa te los soplara porque -oh, sorpresa- ¡no había internet! Ahora, si te cuesta pasarte un juego, solucionar el problema es tan fácil como preguntar a Google. Allí están todos los easter eggs de la historia de los videojuegos. Los más conocidos os los contamos aquí.
4- Jugabas mano a mano con tus competidores…literal
Internet nos ha dado muchas cosas buenas. No concebimos la vida sin la red. Pero en algunas cosas hemos empeorado. Por ejemplo, y sobre todo, en las relaciones personales. Ahora puedes jugar a lo que sea con alguien al otro lado del mundo y eso está genial, no lo vamos a negar. Pero con los juegos de arcade de antes se podía competir mano a mano, cuerpo a cuerpo, sacando codos para incordiar al contrincante, ¡picarte en condiciones! Algo que se vive mucho más intensamente con máquinas recreativas de siempre.
Picarte y emocionarte, claro, porque cuando ganabas lo celebrabas con tus colegas como si te hubiera tocado la lotería. Y lo hacías con abrazos de verdad, no con emoticonos o gifs, como ahora.
5- Dejaban más lugar a la imaginación
Ya lo hemos dicho: técnicamente y estéticamente, los juegos de arcade de los 80 eran un poco simples. Pero como quien no se consuela es porque no quiere, nosotros le vemos la parte buena a eso: dejaba volar nuestra imaginación. Porque había que hacer un esfuerzo para imaginarte un gorila de verdad entre tanto pixel o la cara de Mario. Claro que luego llegaron algunas pelis que nos ayudaron y, la verdad, Mario y Luigi eran exactamente como nos imaginábamos (bueno, más o menos).
6- Los creadores se curraban más la historia
Cojamos como ejemplo el mismo videojuego: Super Mario Bros. La historia que nos llegó en los 80 es que era fontanero, su colega era Luigi y tenían que acabar con Browser para salvar a la princesa Peach. Suficiente historia, ¿no? ¡Pues no! Como ya os contamos aquí, la historia de Super Mario iba mucho más allá. De hecho, era el malo por encerrar a Donkey Kong porque sí, al principio compartían videojuego.
Otro juego de arcade que tiene detrás mucha más historia es Street Figther. Cada personaje tiene su vida y ¡ojo! Que han sido bastante truculentas para haber acabado luchando por las calles del mundo. Pero de todas, nuestra favorita es la Chun-Li, que os la contamos hace tiempo con motivo del Día de la Mujer.
7- Y, por supuesto, la parte nostálgica de todo esto
Todo lo anterior está muy bien, pero el verdadero motivo por el que nos encantan los juegos de arcade es que somos unos nostálgicos. Porque no es lo mismo hoy en día echarte unas partidas a la Play con tus colegas -que también está muy bien- que recordar tu infancia con ellos frente a una máquina recreativa como las de MiArcade. Volver a jugar a Pac-Man, Out Run o Street Figther II, joystick en mano, no tiene precio.
¿Y a tí? ¿Por qué te gustan más los juegos arcade de antes que los de ahora?